Este refrán siginifica que no podemos hacernos ilusiones con cualquier cosa que nos diga un chico o una chica. Aunque nos parezca que es encantador y una grandísima persona solo son eso, apariencias, y a veces las apariencias engañan. No hay que emocionarse con cosas mínimas. A veces nos equivocamos y creemos que estamos realmente enamorados, pero en realidad lo que sentimos es ilusión.
No todas las personas que nos ilusionan, tiene que ser buenas personas. Hay gente que nos puede hacer daño. No debemos confundirnos, no amemos a las personas que nos ilusionan, tenemos que amar a quien nos ama y nos lo demuestra.
Celia
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